Tatuajes y riesgo de melanoma: una relación inesperada.
ComiteNetMD
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30 out, 2025

23/10/2025
Los tatuajes a menudo se consideran potencialmente cancerígenos debido a sus ingredientes. Sin embargo, un gran estudio realizado en Utah muestra que tener más tatuajes puede estar asociado con un menor riesgo de melanoma. Los factores biológicos y de comportamiento detrás de esto sorprenden incluso a los expertos.
Los tatuajes son omnipresentes hoy en día: casi un tercio de todos los adultos en Estados Unidos tienen al menos uno. Sin embargo, los colores pueden contener sustancias potencialmente cancerígenas como metales, hidrocarburos aromáticos policíclicos y aminas aromáticas. Estas sustancias pueden acumularse en los ganglios linfáticos y formar compuestos fotoquímicamente tóxicos. Durante mucho tiempo se ha sospechado que los tatuajes aumentan el riesgo de melanoma, pero hasta ahora faltaban investigaciones epidemiológicas sistemáticas.
Diseño del estudio y base de datos
Un grupo de investigadores de la Universidad de Utah realizó por primera vez un estudio de casos y controles basado en la población sobre tatuajes y la incidencia de melanoma. Se incluyeron 1.167 casos de melanoma y 5.835 controles demográficamente ajustados del Sistema de Vigilancia de Factores de Riesgo de Utah. Los participantes respondieron preguntas estandarizadas sobre el número y tamaño de sus tatuajes, así como la edad en la que se hicieron el primer tatuaje. Utah fue elegido a propósito, ya que es el estado con la mayor incidencia de melanoma en Estados Unidos y la prevalencia de tatuajes difiere significativamente entre los géneros.
Sorprendente: Más tatuajes, menor riesgo
Los resultados contradicen las creencias comunes: las personas con cuatro o más sesiones de tatuajes o al menos tres tatuajes grandes tenían un riesgo significativamente menor de melanoma invasivo e in situ que aquellos sin tatuajes. Sin embargo, un solo tatuaje estaba asociado con un riesgo ligeramente mayor, especialmente en mujeres. Los hombres se beneficiaron más de tener varios tatuajes que las mujeres, mientras que los tatuajes tempranos antes de los 20 años tendían a ser protectores en ambos sexos. Se encontró una localización de tumores en áreas tatuadas en muy pocas ocasiones.
Posibles mecanismos biológicos
Los autores sugieren que los factores inmunológicos podrían jugar un papel importante. Los tatuajes provocan reacciones inflamatorias locales que podrían mejorar la vigilancia inmunológica de células precancerosas. Alternativamente, los pigmentos oscuros de los tatuajes podrían absorber la radiación UV y reducir la carga carcinogénica en la piel. Experimentos en animales respaldan esta hipótesis: la tinta negra redujo el desarrollo de tumores inducidos por UV en ratones.
Influencia del estilo de vida y la exposición al sol
Al mismo tiempo, los pacientes con melanoma tatuados tenían más comportamientos de riesgo relacionados con la exposición a los rayos UV, como el uso frecuente de camas solares o quemaduras solares. Sin embargo, estudios anteriores han demostrado que las personas con muchos tatuajes también suelen usar protector solar con un factor de protección más alto. Estos patrones de comportamiento contradictorios podrían haber afectado las asociaciones observadas, pero no se pueden evaluar de manera concluyente debido a la falta de variables de control. Factores desconocidos como la predisposición genética, el tipo de piel o la historia familiar no se tuvieron en cuenta en el estudio.
Significado y perspectivas
Si los tatuajes realmente tienen un efecto protector contra los melanomas, sigue siendo incierto, pero los datos cuestionan las suposiciones anteriores. A pesar de las limitaciones metodológicas como la falta de variables de control, el estudio proporciona por primera vez pruebas sólidas basadas en la población sobre las complejas relaciones entre los tatuajes, el sistema inmunológico y la exposición a los rayos UV. Las investigaciones futuras deberían recopilar datos detallados sobre el comportamiento al sol, la densidad de pigmentos y la ubicación de los tatuajes para descifrar los mecanismos biológicos. Lo que está claro es que los tatuajes ya no son solo un fenómeno cultural, sino posiblemente una clave inesperada en la investigación del cáncer de piel.



