´La fisioterapia oncológica reduce el dolor y mejora la vida diaria tras el cáncer de cabeza y cuello`.
ComiteNetMD
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30 out, 2025

20/10/2025
Un estudio en pacientes operados de este tipo de cáncer muestra que añadir una técnica suave de movilización del nervio a un programa de fuerza mejora el dolor, la movilidad del hombro y la calidad de vida frente a hacer solo fuerza.
La fisioterapia oncológica busca que las personas no solo superen el cáncer, su objetivo es que recuperen autonomía y bienestar. En los tumores de cabeza y cuello, la cirugía sobre los ganglios del cuello puede irritar el nervio que da fuerza al hombro. Como resultado aparecen dolores, rigidez y limitaciones para tareas tan cotidianas como peinarse o alcanzar una estantería. ‘‘Nuestra prioridad es que el paciente recupere su vida con la menor molestia posible’‘ subraya Vanesa Abuín, profesora de Fisioterapia de la Universidad Europea y coautora del estudio.
El estudio ‘‘Effectiveness of Oncological Physiotherapy on Shoulder Dysfunction After Cervical Lymph Node Dissection in Head and Neck Cancer. A Pilot Randomized Controlled Trial’‘, en el que han participado investigadores de la Universidad Europea y la Universidad de Alcalá, comparó dos formas de rehabilitación durante ocho semanas. Un grupo hizo ejercicios de fuerza guiados dos días por semana. El segundo grupo realizó un protocolo de fisioterapia oncológica que añadía diez minutos de una técnica muy sencilla que ayuda al nervio a deslizarse mejor. ‘‘Evaluamos la calidad de vida, dolor de hombro, el uso del brazo en tareas diarias y la fuerza de la mano al inicio, a mitad del programa, al finalizar y de nuevo tres meses después y quienes siguieron el programa que añadía movilización del nervio mejoraron más y mantuvieron la ganancia a corto plazo’‘, señala Abuín.
El programa es fácil de replicar. Incluye ejercicios progresivos para los músculos del cuello y del hombro y una movilización suave con el paciente tumbado que no duele ni fatiga. ‘‘Estandarizar la dosis y la progresión facilita que se aplique con seguridad’‘ explica Pérez.’‘Cuanto antes se inicia la rehabilitación mejor son las opciones de evitar que el problema se haga crónico’‘, añade.
Pero el trabajo no debe quedarse sólo en la sala de rehabilitación, ‘‘dos sesiones a la semana con el fisioterapeuta y cinco o diez minutos diarios en casa marcan una diferencia real. No se trata de aguantar el dolor sino de moverse bien y a tiempo’‘, apunta Abuín. Los hormigueos persistentes, la pérdida de fuerza o el dolor nocturno que impide descansar son algunos de los síntomas de alerta que requieren revisión clínica para ajustar la pauta de ejercicios.
La fisioterapia específica para el paciente oncológico no solo alivia síntomas, también actúa sobre las causas del problema. La movilización reduce la irritación del nervio y la sensación de descarga hacia brazo y mano. En el estudio se tradujo en menos dolor, más facilidad para usar el brazo en tareas diarias y mejor calidad de vida al cabo de ocho semanas, con mantenimiento de la ganancia en la revisión a tres meses. ‘‘Cuando sumamos esta técnica al plan de ejercicios el paciente progresa antes y con menos dolor y si iniciamos la rehabilitación pronto evitamos que el problema se cronifique’‘ concluye Pérez.



